【Capítulo 1】Precious Memories

Los primeros rayos de sol del día se filtraban por la ventana de la habitación de Alexey.
El joven abrió los ojos y se encontró encima de un montón de papeles sobre su escritorio, se había dormido mientras estudiaba.

Miró el reloj y volvió a recostarse entre sus brazos.

Se sobresaltó de pronto y saltó de la silla para dirigirse al armario de forma apresurada.

- ¡Voy a llegar tarde, voy a llegar tarde! – exclamaba el chico mientras se vestía aceleradamente - ¡Voy a llegar tarde al examen!

Bajó a toda prisa por las escaleras y se dirigió a la cocina para darle un beso a su madre.

- ¿No desayunas? – le preguntó Anya.
- No, lo siento mamá.

Salió corriendo por la puerta directo a la estación de metro. Esperó inquieto hasta que el tren llegó, en su cabeza iba repasando diversos conceptos.

Cuando el metro hubo llegado a las facultades siguió corriendo dirigiéndose a la Filosofía. 
De pronto sintió que alguien lo llamaba por la espalda. 

- Disculpa – dijo una voz firme. – el joven alzó la vista para encontrarse con un chico bastante más alto que él, sin embargo no se le apreciaba demasiado el rostro debido a la gorra que llevaba puesta. – Se le ha caído esto. – el misterioso chico le tendió la cartera al joven ruso.

- A-ah… Muchas gracias.

A Alexey le pareció como si aquel chico le sonriese y entonces éste se despidió.
Por su parte, Alexey se quedó pausado unos momentos con las mejillas encendidas.
Agitó la cabeza y miró el reloj, corrió de nuevo hacia su facultad con la suerte de que llegó a tiempo.

El profesor repartió los exámenes y Alexey lo leyó dos veces, sin embargo no era capaz de concentrarse y recordar los conceptos que responderían a las preguntas del test.
Intentó tranquilizarse, no sabía por qué no podía dejar de pensar en el chico de hace un momento.

- ¡Concéntrate! – se dijo a sí mismo. - ¿Qué demonios te pasa? ¡Era una persona como otra cualquiera! 
Intentó dejar la mente en blanco y comenzó a responder al examen.

Cuando hubo terminado, recogió sus cosas y volvió a casa cabizbajo. No estaba muy convencido de lo que había hecho en el examen.

- Pero qué diablos… La materia me la sabía bien…

Le vino a la cabeza la imagen de aquel chico de antes, le hubiese gustado verle bien la cara, pero el sol era muy fuerte y la gorra que llevaba le causaba una sombra por debajo de los ojos.
Pensando en aquello volvió a ruborizarse.

- P-Pero… ¿Q-qué me pasa? Es un chico normal… Ahahaha… - pensó.

Volvió a quedarse cabizbajo y permaneció de aquella manera todo el trayecto de vuelta a casa.
Cuando regresó a casa su madre salió a recibirle.

- Qué. ¿Qué tal el examen?
- A-ah… ¡Bien! –mintió el joven, no quería preocupar más a su pobre madre.

Su madre sonrió y volvió a sus tareas.

- ¿Vas a comer? –preguntó.
- No… Comí algo cuando volvía a casa.

Era mentira, Alexey no tenía apetito alguno en aquel momento.

- Bueno, si quieres algo dímelo. – dijo su madre con una sonrisa en la cara.

El joven le devolvió la sonrisa y subió a su habitación. Dejó su cartera sobre el escritorio y se tumbó en la cama, pasándose un brazo por encima del rostro.

Una vez más le vino a la cabeza la imagen de aquel chico cuyos ojos no pudo ver. Sin embargo pudo recordar el color de su pelo. Era moreno y parecía tenerlo recogido. Volvió a recordar aquella sonrisa que le pareció que le había dedicado, pero quizás por los nervios del examen Alexey se había equivocado

Se apartó el brazo de la cara y se sentó sobre la cama.

- No lo conozco de nada… Pero no sé por qué me gustaría conocer su nombre… - musitó.

Se levantó y volvió a dirigirse a la puerta.

- ¿Te marchas hijo? – preguntó Anya.
- Voy a dar una vuelta, me duele la cabeza – aclaró el joven.

Salió y se metió las manos dentro de los bolsillos, con la cabeza gacha, sumido en sus pensamientos.
Lo sacó de aquel estado un alboroto en una callejuela. 

Una mujer gritaba auxilio, agarrando con todas su fuerzas su bolso. Estaba siendo atracada.
Alexey se quedó parado, no sabía exactamente qué hacer. ¿Debía llamar a la policía? ¿Debía intervenir antes de que fuese demasiado tarde? No estaba seguro de aquella última pregunta, su fuerza no era demasiada.

- ¡Eh! ¡Tú! ¡El de ahí! 

Uno de los atracadores se había percatado de la presencia de Alexey. Éste por su parte sintió que el corazón se le paralizaba por el terror. Le temblaban las piernas y no sabía qué hacer. 
Sin embargo no tuvo demasiado tiempo para pensar, sintió a otro de los delincuentes en su espalda retorciéndole el brazo y apuntándolo con una navaja en la espalda. 
Alexey no pudo evitar soltar un grito de dolor.

- Por tu propia seguridad… Yo que tú no gritaría o diría nada a nadie si no quieres dejar de oír por un lado.

El joven intentó reprimirse los gritos y comenzó a llorar, su brazo le dolía demasiado.

- ¡Eh! ¡Vosotros! – dijo una voz firme.

Alexey alzó la vista al oír aquella voz que le parecía tan familiar.
Pudo ver que se trataba del chico de aquella mañana, sin embargo no le distinguía bien la cara, veía borroso por culpa de las lágrimas.

El hombre que estaba retorciendo el brazo de Alexey lo dejó ir y se reunió con los otros. 

- Disculpe señor, ya nos íbamos –dijo el que parecía el líder.

Todos los delincuentes que formaban aquella banda salieron corriendo.

El joven que había intervenido se acercó a la mujer.

- ¿Se encuentra bien? – le preguntó.
- Sí, gracias Sargento. – dijo la mujer sonriéndole y yéndose a otra calle más transitada

Alexey se quedó impresionado por aquella palabra… “Sargento”. Lo miró y pudo observar que, en efecto, se trataba de un militar, su uniforme lo delataba.

- ¿Se encuentra bien, joven? – preguntó a Alexey.
- S-sí… G-gracias… 

Por fin pudo verle el rostro, su pelo le cubría el ojo derecho, sin embargo el izquierdo era visible, y era de un color grisáceo… Su pelo era moreno y recogido en una pequeña coleta. Parecía un hombre fuerte y era sin duda muy atractivo.

Alexey soltó un pequeño quejido por su brazo y el joven militar lo miró.

- ¿Está herido? 
- N-no… Sólo que… M-me duele algo el brazo.

El chico le levantó la manga de la camisa a Alexey y lo examinó. Las mejillas del joven se encendieron por completo.

- No es nada grave. – dijo el militar pasando una de sus manos por el brazo. Alexey pudo sentir el tacto del cuero de los guantes. – Se pondrá bien.
- G-gracias por todo… S-sargento. – dijo algo cabizbajo para ocultar su rubor.
- Llámame William. 
- A-Alexey…
- ¿Alexey? ¿Eres ruso?
- S-sí… Sólo que llevo muchos años viviendo aquí.
- Un placer, pues.
- E-el placer es… mío.

Se hizo un pequeño silencio incómodo para el joven. No quería mirarlo a la cara, su corazón estaba acelerado sin motivo alguno. Le parecía atractivo para tratarse de un hombre y eso era lo que no se explicaba.

- Alexey – dijo William
- ¿S-sí? –contestó el joven levantando la cabeza.
- Tengo que seguir con mi trabajo.
- A-Ah… C-claro…
- Toma, por si necesitas algo alguna vez. – le tomó la mano a Alexey y le puso una tarjeta sobre ella.
- G-gracias.

El joven militar bajó su gorra y se dio la vuelta para volver con su trabajo.

Alexey lo miró durante unos instantes y volvió a su casa, no dijo ni una palabra a su madre cuando llegó, simplemente se tiró sobre la cama y abrazó con fuerza un cojín grande, completamente ruborizado.

- W-William… ¿Huh?
Escondió su cara en el cojín y así permaneció hasta quedarse dormido.



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Bueno, pues hasta aquí por ahora. =w= Vamos a darle una oportunidad y si esto avanza pues nada, seguiré publicando capítulos. : D


Espero que os guste. <3

2 comentarios:

Oekaki Neko Kokoro dijo...

Bien... tal vez devi de haber empezado por aqui... enfin, el ultimo comentraio y me ire (n_n)U ... Muy buena la historia, de verdad! algo me dice que ha sido el destino! ♥w♥ muajaja, Cap. 2! Cap.2! >w< Cap.2!

Mary Lightwood~ メアリー dijo...

¡Muchas gracias por todos tus comentarios!
Realmente me alegra que alguien se interese por la historia y lo que hago en general. ;u;!
En serio, muchísimas gracias por seguirme. <3

Y no te preocupes por lo de la vena fujoshi, que yo también lo soy. -w- xD

Nos vemos~

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