【Capítulo 6】Precious Memories

Esta vez nuestro joven protagonista se encontraba jugueteando con un bolígrafo entre sus dedos y su cabeza apoyada sobre su mano izquierda, mirando a ningún sitio.

- Alexey… -una voz lo llamaba.

 Sin embargo el joven seguía sumido en sus pensamientos.

- Aaaaleeeex…

 Era imposible, el chico seguía en aquel estado.

- ¡ALEXEY! –finalmente, el joven salió de su trance.

- ¡A-ah! Josh, l-lo siento estaba distraído.

- No… Si no hace falta que lo jures… ¿Acaso te ha pasado algo interesante? –preguntó con curiosidad.

- N-no… Nada… Ahaha… - afirmó el otro nerviosamente mientras se le venía a la cabeza la escena que le había ocurrido pocos días atrás.

- ¿Ah sí? Pues que aburrido. –dijo con indiferencia el contrario. – Pero como sigas así de distraído no apruebas ni con suerte.

- S-sí… Ya lo sé…

Era inevitable que el joven no se acordase del beso y la declaración que le había hecho William días antes. Aquel recuerdo hacía inevitablemente que se ruborizara y sintiese gran felicidad.

De camino a casa intentó mantenerse formal, no quería que su madre lo viese en aquel estado, comenzaría a sospechar más aún y eso ponía al joven nervioso, ya que Anya había empezado a creer cosas que en aquel momento no eran.

- Ya estoy aquí. – dijo el joven al llegar a casa y poniéndose las zapatillas.

- Ah, Alex. –dijo su madre mirándolo durante unos momentos. Éste se puso nervioso.

- ¿T-Tengo algo en la cara?

- A mí no me engañas, ¿qué te ha pasado? –comentó su madre con una sonrisa picarona.

- ¡N-nada! –contestó nervioso.

- A una madre no se la pude engañar Alexey. –hubo una pausa incómoda- ¿Se trata del chico del otro día?

Alexey observó a su madre nervioso y después desvió la mirada, no dijo una palabra pero sus nervios le delataban.

- Ay, cariño, si se te veía el plumero con ese chico. – Alexey no entendió una palabra de lo que decía su madre.

- ¿P-perdón?

Su madre lo guió hasta el salón e hizo que se sentase, después ella se sentó a su lado.

- ¿Te gusta verdad? – el joven se ruborizó.

- Mamá… Y-yo…

- Tú tranquilo, a mí no me importa que seas gay. Solo quiero que seas feliz.

Alexey se quedó atónito ante las palabras de su madre, no sabía que decir, no podía negárselo puesto que en cierto modo era verdad, pero él tampoco se encontraba muy seguro de lo que sentía.

- P-pero… Yo no estoy seguro de si realmente…

- ¿Te ha besado ya?

- B-bueno sí… P-pero…

- Pues entonces no hay nada que pensar, cielo.

El joven se quedó callado y miró al suelo, comenzó a acariciarse las manos, nervioso.

- Pero te diré una cosa más, es muy importante. –el joven la miró y vio en sus ojos dibujada una expresión seria. – Usad protección.

Alexey se puso rojo hasta las orejas al oír aquello.

- T-tengo que… E-estudiar… S-sí… Ahaha…

El chico salió escopetado escaleras arriba evitando que el tema fuese a más. No había pasado tanta vergüenza en mucho tiempo.

Se tiró sobre la cama y se acurrucó sobre sí mismo, sumiéndose una vez más en sus pensamientos.

No dejaba de darle vueltas a los sentimientos que podría tener ahora mismo por William, le había dicho que le quería, sin embargo, no sabía mucho de él…

Inevitablemente, pensando cerró los ojos y se quedó profundamente dormido.

- Alex. –dijo una voz a la vez que alguien lo zarandeaba para que se despertarse.

El joven entreabrió los ojos y se incorporó en la cama frotándoselos.

- ¿Qué pasa mamá? – preguntó soltando un bostezo.

- Tienes visita, cariño.

- ¿Uum…? – musitó bajando lentamente las escaleras, aún se encontraba somnoliento- ¿Será Josh?

Alexey se dirigió a la entrada e inevitablemente salió de su estado de somnolencia. Vio que se trataba de la persona que había invadido sus pensamientos en los últimos días.

- H-hola -dijo con la voz algo temblorosa. William sonrió, lo que causó un ligero rubor en las mejillas de Alexey, pocas veces lo había visto sonreír.

- ¿Damos una vuelta?

El joven asintió nervioso, se puso el abrigó a la vez que notaba una mirada clavada en su espalda. Se dio la vuelta para comprobar de qué se trataba de su madre, mirándole con una sonrisa cómplice.

Involuntariamente y debido a la tensión que le producía su madre, Alexey cogió a William de la mano y lo condujo fuera de la casa.

Anya, por su parte, tras haber conseguido lo que quería soltó una pequeña risita y volvió con sus tareas.

Una vez Alexey hubiese dejado de sentir la presencia de su madre, se dio cuenta de la situación y soltó rápidamente la mano de William.

- L-lo siento, n-no es que quisiera… E-es que mi madr…

El contrario apenas le permitió continuar hablando. Había silenciado sus palabras con un beso. Alexey, sorprendido y a la vez nervioso, continuó aquel beso con el miedo de que su madre mirase por la mirilla… No sería capaz, ¿o sí?

Se separó de él y miró al suelo completamente rojo. Sintió como William le pasaba cariñosamente una mano por la cabeza.

- Venga, vamos.

William empezó a andar y Alexey lo siguió unos pasos por detrás mirando al suelo y nervioso.

Ambos llegaron a un parque y una vez allí se sentaron en un banco. Alexey se quedó con las manos apoyadas en las rodillas y con la cabeza baja. William puso una de sus manos sobre las del joven. Éste levantó la mirada y lo miró a la cara.

- ¿Por qué estás tenso? – preguntó William, mirando directamente a los ojos al menor.

- ¿L-lo estoy?

William asintió y se hizo un silencio incómodo.

- N-no puedo… Sacarme de la cabeza todo lo que ha pasado… Y-yo… Quiero decir…

El joven nervioso atropellaba las palabras involuntariamente. Se pasó una mano por la nuca e intentó mantener un orden en su cabeza.

- V-verás… D-desde el primer momento que te vi, m-me… G-gustaste mucho… -al decir aquello las mejillas del joven se encendieron – P-pero… No sé mucho sobre ti.

William sonrió e inesperadamente abrazó al menor. Éste correspondió al abrazo y escondió su cara en su pecho. Sintió los labios del contrario sobre su frente e inevitablemente alzó la mirada para mirarle.

El viento empezó a soplar con violencia y Alexey cerró los ojos para evitar que le entrase polvo en los ojos.

Cuando volvió a abrirlos se quedó aterrorizado al mirar a William. Se llevó una mano a la boca y desvió la mirada. La corriente de aire había hecho que el ojo derecho de William quedase al descubierto. Se apreciaban unas cuantas cicatrices y quemaduras, así como un color más claro en dicho ojo, por lo que el joven dedujo que no sería capaz de ver mucho por él.

Ésa era una de las cosas que hacía que Alexey se convenciese de que no lo conocía y que era demasiado pronto para darse cuenta de que sentía algo por él. Sin embargo sus impulsos lo animaban a intentarlo.

Alexey tomó las manos de William y volvió a mirarlo, con las mejillas encendidas y sin dejar que el lado derecho de éste lo aterrorizase pensando lo que le podía haber pasado.

El joven le pasó una de sus manos por el pelo azabache del contrario quien mantenía una expresión seria, cómo si no hubiese querido que el contrario lo viese en ese estado.

Alexey por su parte le sonrió tímidamente y besó su ojo. Se encontraba dispuesto a aceptar a William tal y como era.

- Esto… -comenzó el mayor- Lo de mi cara… Fue un accidente.

- W-Will… N-no necesito explicaciones, no quiero remover el pasado.

- ¿No querías conocerme mejor?

- S-sí, p-pero no quiero f-forzarte a ello.

El menor apretó los puños contra sus rodillas y apretó los ojos mirando hacia abajo. Quería saber más de William, quería conocerlo mejor.

- Tuvimos un accidente mientras practicábamos con armas de fuego. –comenzó a explicar el mayor mientras el menor lo escuchaba aun mirando al suelo.- Hubo una fuga y se produjo una pequeña explosión en la sala dónde nos encontrábamos. –hizo una pequeña pausa- El fuego se propagaba y todos mis compañeros salieron de la sala… O eso creía yo.

Alexey se sobrecogió y lo miró de reojo, sin embargo no se atrevió a decir nada, simplemente seguía escuchándole.

- Uno de mis compañeros se encontraba atrapado, y yo no me podía permitir que se quedase allí así que… Así es como me hice esto. –finalizó volviéndose a tapar el ojo derecho con el pelo.

El menor volvió a apretar sus manos contra sus rodillas y apretó los labios.

- E-eres muy valiente, sin duda… No me hubiese gustado que te hubiese pasado algo peor que eso…

- ¿Y eso por qué?

- Porque… N-no te habría c-conocido.

Al joven se le encendieron completamente las mejillas y continuó mirando al suelo avergonzado de lo que acababa de decir.

De pronto sintió las manos gélidas del contrario en sus mejillas. William obligó a Alexey a que lo mirara y así para que sus miradas se cruzaran durante unos instantes.

Alexey, sonrojado pero a la vez sorprendido, miró al mayor y tímidamente le acarició el contorno de la cara.

- W-Will…

- ¿Sí?

El menor algo avergonzado besó en los labios al mayor durante unos instantes. Luego se separó de él y desvió la mirada, con las mejillas completamentes sonrojadas.

- M-me gustas tal y como eres…

William se quedó sorprendido por las palabras de Alexey y sonrió. A continuación acarició con suavidad el pelo del menor.

- Y tú a mí, Alex.

El joven no tuvo suficiente tiempo para sorprenderse del hecho de que William lo hubiese llamado “Alex”, ya había conseguido acallar una vez más sus palabras con un dulce beso. Durante dicho beso, Alexey posó las manos sobre el pecho del contrario subiéndolas por el cuello hasta llegar a su pelo. Una vez allí tiró hacia debajo de la goma que aguantaba el pelo de William en una coleta, hasta dejárselo completamente suelto.

Se separó de él y miró curioso cómo le quedaba el pelo de aquella manera.

- ¿Qué haces? –preguntó el mayor- Devuélveme eso.

- Vamos, no seas así. –comentó Alexey con una sonrisa divertida.

Después de eso Alexey se levantó del asiento y comenzó a caminar para luego detenerse y mirar al cielo. Los primeros copos de nieve empezaban a hacerse visibles y a caer sobre el suelo para cubrirlo todo de un color blanquecino después.

- Alexey.

- ¿Qué?

William cogió de la cadera al joven con su rostro muy cerca del contrario. Alexey, ante dicha situación, se puso rojo hasta las orejas.

En dicha confusión por parte del menor, William aprovechó para cogerle la goma de pelo. Alexey lo miró con rencor.

- Aprovechado.

El mayor avanzó unos pasos por delante de él y se rió. Alexey lo siguió y se colocó a su lado. William aprovechó y tomó la mano del menor, a lo cual, éste se sobresaltó.

- A-así parecemos una parejita… - comentó Alexey con una sonrisa nerviosa.

- Lo que somos.

- Ahahaha… C-claro.

Ambos continuaron caminando por una calle, para la suerte de Alexey, no muy transitada.

- Por cierto Will… - el joven se paró unos instantes- Déjate el pelo suelto más veces.

- Me lo pensaré. –contestó el contario sonriendo.

Alexey se acercó un poco más a Will y éste le rodeó con uno de sus brazos mientras seguían caminando bajo los pequeños copos de nieve, hasta que sus siluetas se difuminaron en la neblina de aquella solitaria calle.

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